Las planta, desarrollan sus ramas y hojas en una curiosa sucesión numérica llamada ‘secuencia de Fibonacci’: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34…  de forma que la suma de los dos números anteriores da el tercero. Las flores también desarrollan pétalos en esa secuencia.

Los responsables de este orden son los «meristemos», formados por células madre con forma poliédrica que se reproducen constantemente con el proceso llamado mitosis. Esta reproducción en general es de forma espiral. El ángulo de giro es el áureo (ver ángulos)  y en cada giro aparece una nueva célula.

Cada hoja, pétalo o rama que generan las células en su reproducción aparecerá ordenada favoreciendo un equilibrio natural que hace que dos hojas no se superpongan, dos ramas tampoco y dos pétalos tampoco.

Este crecimiento permite que

  • el agua de lluvia sobre escurra sobre las flores  de manera que llegue mejor a las raíces.
  • También en que todas las hojas puedan recibir mejor la luz solar, al no taparse unas a otras
  • Favorece la polinización con esta distribución al no tener impedimentos físicos que les permita llegar hasta el polen.