Pennisetum setaceum es una gramínea altamente invasora que se usa muy a menudo como ornamental en rotondas y que fácilmente escapa de éstas para colonizar cunetas, laderas y ramblas en zonas de climas cálidos y secos como las Islas Canarias y la costa mediterránea española. Foto: M.J. Salinas Bonillo

Invasiones biológicas: procesos del Cambio Global

Son el proceso de introducción, establecimiento y expansión de especies exóticas en una área procedentes de otras áreas geográficas.

Históricamente, la expansión de organismos vivos más allá de su área nativa ha estado estrechamente vinculada al desarrollo de las sociedades humanas. Pero este fenómeno se ha visto extraordinariamente acrecentado a partir de las últimas décadas del siglo XX, debido al aumento de las rutas de transporte y de su frecuencia, multiplicándose tanto la escala espacial de las introducciones, como el número y cantidad de organismos que se transportan de unas zonas a otras: se intercambian todo tipo de organismos, en grandes cantidades, con una elevada frecuencia y prácticamente entre todos los rincones del mundo. Estos intercambios pueden ser intencionados o involuntarios.

Gran escala espacial y aceleradas tasas de cambio son características comunes a todos los impulsores del Cambio Global: conjunto de cambios ecológicos a escala planetaria que tienen lugar en la actualidad y que están inducidos por las actividades humanas.

Invasiones vegetales

Generalmente, cuando una planta exótica invade una comunidad acaba dominando frente al resto de las especies, alterando la estructura y el funcionamiento de la comunidad y transformándola en otra distinta por pérdida de especies nativas, lo que suele producir alteraciones de las redes tróficas que afectan a otros componentes del ecosistema (ej. animales polinizadores). Las consecuencias de las invasiones vegetales pueden ser de naturaleza ecológica, pero también económica (disminución de la productividad de cultivos, obstrucción de sistemas de riego), o incluso de salud humana (alergias, plantas tóxicas).

Sólo unas pocas especies vegetales son invasoras

No se trata de demonizar a todas las especies vegetales exóticas naturalizadas en una zona, ya que sólo un escaso porcentaje de plantas que se naturalizan se comportan como invasoras. Pero sí hay que prestar especial atención a aquellas que ya han demostrado un alto potencial invasor en otras zonas, dado que una vez que la invasión ha alcanzado un cierto estadío, es muy difícil o imposible revertir la situación.

Carpobrotus edulis, usada como ornamental y para estabilización de dunas, invade frecuentemente los ecosistemas costeros cercanos.
Algunas especies de acacias poseen un alto potencial invasor. Acacia saligna en la Reserva Natural de Punta Entinas-Sabinar (Almería).

 

Luchando contra las invasiones vegetales

El método más eficaz y barato para minimizar los efectos de las invasiones vegetales es el de la prevención:

  • Detección temprana de potenciales invasoras. Existen numerosas bases de datos (a escala mundial, continental, español y autonómico) que informan del riesgo de algunas especies vegetales.
  • Eliminación/control de las fuentes de entrada.
  • Eliminación de focos incipientes.
  • Seguimiento periódico de las eliminaciones, hasta constatar su total erradicación.

Cuando la invasión ya se ha extendido, la única opción que queda es la de la contención de la especie en un área controlada, evitando que se originen nuevos focos.

 

La erradicación de invasoras es económicamente costoso y complicado. Debe llevarse a cabo un protocolo a largo plazo de seguimiento y actuación sobre las poblaciones eliminadas hasta su total erradicación. Eliminación de Pennisetum setaceum en taludes costeros del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería).

 

Los herbarios y las invasiones vegetales

Los herbarios son valiosas fuentes de información de la distribución de especies invasoras en un área dada, permitiendo incluso llevar a cabo análisis históricos sobre la naturalización de las especies y su expansión a lo largo del tiempo.

La participación ciudadana

Dada la particular naturaleza de las invasiones, la colaboración ciudadana en la detección temprana de especies potencialmente invasoras es un aspecto cada vez más valorado por los responsables de la conservación de espacios naturales. En muchos países los ciudadanos están cada vez más implicados en el seguimiento de este tipo de fenómenos. Como instituciones abiertas a la ciudadanía y concienciadas con la problemática de las invasiones, los herbarios son centros receptores de este tipo de información, a los que se puede acudir para informar sobre eventuales focos de introducción de especies exóticas.

María Jacoba Salinas Bonillo

Profesora de la Universidad de Almería e Investigadora del Centro Andaluz para la Evaluación y Seguimiento del Cambio Global (CAESCG)

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