Los niveles de polen de la semana del 30 de enero al 5 de febrero presentan niveles bajos para todos los taxones. Destacan las amarantáceas (Salsola, Chenopodium, Suaeda, etc.) con 13 granos de polen por metro cúbico, las cupresáceas (cipreses, enebros, sabinas, etc.) con 10 granos/m3 y la Artemisia (familia compuestas) con 9 granos/m3.
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Una vez que se ha producido la maduración de los granos de polen, se produce la dehiscencia (apertura) de la antera para liberarlos. Esta dehiscencia provoca la rotura del tejido mecánico o endotecio, que es la capa fibrosa que se encuentra sobre los bordes externos de los sacos polínicos.
Las aperturas pueden ser de cuatro tipos:
La más común es la apertura de la teca en forma de una fisura longitudinal, la apertura se produce a todo lo largo del tabique que separa los sacos polínicos, como sucede en los lirios y azucenas y vemos en esta imagen del género Lilium (Liliaceae).
También existe la posibilidad de que se abra transversalmente. Un ejemplo sería el género Alchemilla (Rosaceae), en la imagen podemos ver la especie A. pentaphyllea (© José Quiles – Flora Ibérica: http://www.floraiberica.es/anthos_fotos/index.php)
La teca puede ser valvada con lóculos que se abren a modo de pequeñas “puertas con bisagra”) para liberar el polen, como en el avellano de brujas, Hamamelis mollis (Hamamelidaceae).
E incluso a través de poros, lo que se llaman anteras poricidas que se encuentran particularmente asociadas la familia de los rododendros (Ericaceae). En este caso no hay endotecio, se produce la destrucción del tejido en el ápice de la antera y se forman unos poros por los cuales se liberará el polen.