Llega la primavera, y un manto amarillo cubre nuestros campos. Son varias las especies que tiñen de amarillo el paisaje y las cunetas de las carreteras: retama, genistas, albaidas, etc. De éstas últimas hablaremos en esta entrada.
La albaida (Anthyllis cytisoides L.), es una mata o arbusto de la familia de las leguminosas (Fabaceae) de hasta metro y medio de altura. Sus ramas son leñosas y sus flores amarillas. Florece y fructifica entre primavera y principios del estío. Tiene otros nombre vernáculos como: albaida, monteblanco, mata blanca, cañamillo, blanquilla, etc.
Habita y conforma matorrales termófilos abiertos, preferentemente calcícola, aunque también la podemos encontrar sobre yesos y, en ocasiones, en esquistos y arenales costeros.
Su distribución es amplia, incluye S y E peninsular (Andalucía, Murcia, Albacete, y todo el litoral mediterráneo: Comunidad Valenciana, Cataluña, Aragón), además del N de Africa y S de Francia.
La albaida fina (Anthyllis terniflora (Lag.) Pau), es otra especie, también arbustiva, de hasta un metro de altura, con flores también amarillas muy características.
Albaida fina (Anthyllis terniflora). Foto: Miguel Cueto Romero.Habita herbazales de zonas áridas y matorrales xerófilos calcícolas, ocasionalmente en yesos y arenas.
Su distribución es más restringida que la primera, encontrándose en el SE peninsular y N de África, en las provincias de Granada y Almería, en la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana.
Pueden encontrarse poblaciones mixtas de ambas especies en el SE peninsular, dándose casos de hibridación entre ellas.
Autor: Manuel Yuste Salguero